


Como les decía al principio de este reportaje, los cambios ya no son tan espectaculares, pero si recordamos que hace solo 3 inviernos este árbol era tan solo un palo.....
P.D. Ya comencé a trabajar las cicatrices que presenta el tronco en su primer tercio, así que estate atento porque en cualquier momento se viene la 10ma parte de esta historia!
Pero por suerte, muy cerca de la misma, nació un brote nuevo, el cual utilizaremos para reemplazar el injerto.
Las ramas primarias tienen la mitad del calibre (grosor) que deseamos.Podemos podarlas ahora, ya que seguirán engordando mientras creamos la ramificación secundaria y terciaria.
Inmediatamente colocamos en los cortes pasta selladora, para impedir deshidratación y la entrada de patógenos oportunistas.
Revisamos los cortes realizados durante el período de crecimiento anterior.
Rebajamos los mismos y los sellamos.
Si tenemos ramas secundarias que puedan ser útiles, las alambraremos.
Y modelaremos dándole suaves curvas que armonicen con el movimiento del tronco.
La ramita vista desde arriba, en donde podemos apreciar su movimiento.
Recordemos orientar las puntas de crecimiento hacia arriba, de esta manera lograremos un crecimiento mucho más vigoroso, y por consiguiente, un rápido engorde de las mismas.
Podamos las ramas del ápice para que no engrosen demasiado.
Algunas imágenes del estado del árbol luego de estas intervenciones.
Todavía queda un largo trecho por recorrer, pero si pensamos que este olmo comenzó siendo solamente un "palo", no podemos más que asombrarnos del camino recorrido en poco más de un año!!
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